LAS CARDIOPATIAS CONGÉNITAS TAMBIEN SON LABOR DE ENFERMERIA
Sobre la autora:
Nuria Velasco
Unidad de hemodinámica
H. Ramón y Cajal. Madrid.
Las cardiopatías congénitas no son patologías infrecuentes. Unos 8 de cada 1000 recién nacidos padecen este problema. Las cardiopatías congénitas no diagnosticadas ni tratadas son patologías que pueden evolucionar rápidamente a ser graves sobre todos en corazones de recién nacidos. En niños, este tipo de lesiones sin corregir, condicionan su vida futura al no asegurar una adecuada función miocárdica ni de la circulación sistémica y pulmonar.
La calidad de vida de los pacientes con cardiopatías congénitas va a depender de su diagnóstico precoz y de su tratamiento y cuyo seguimiento abarca desde la niñez a la edad adulta. Las cardiopatías congénitas del adolescente y adulto merecen ser consideradas pues cada vez más niños con cardiopatía congénita operados en el pasado, están llegando a la edad adulta.
Tetralogía de Fallot |
El cateterismo cardiaco se reserva para el diagnóstico y la resolución de cuestiones anatómicas y fisiológicas específicas o para llevar a estos pacientes en situación óptima al quirófano. Las indicaciones incluyen la evaluación de la resistencia vascular pulmonar (RVP), la función sistólica y diastólica del VI y el VD, los gradientes de presión y la cuantificación del shunt cuando la evaluación no invasiva resulta dudosa, la angiografía coronaria y la evaluación de vasos extracardíacos como colaterales aortopulmonares. Las técnicas más recientes incluyen la colocación de stent en vasos sistémicos o pulmonares y la implantación percutánea de válvulas.
El número y la variedad de procedimientos de intervención por cateterismo en Cardiopatías Congénitas del adulto (CCA) han experimentado un aumento considerable y ha hecho que muchos pacientes no requieran de más cirugías. En otros, el tratamiento de las malformaciones cardiacas congénitas se consigue mejor mediante un abordaje “híbrido” de colaboración que implica intervención por cateterismo y cirugía.
La decisión de intervenir debería basarse en un proceso de rigurosa revisión realizada por expertos y un debate multidisciplinario, ya que en la actualidad hay pocos datos que demuestren la no inferioridad de muchos de estos abordajes respecto a la cirugía. Es imprescindible contar con un programa de intervención en la unidad especializada en CCA, que requiere instalaciones adecuadas y apoyo médico relacionado y personal de enfermería formado.
Los avances en el cuidado de la creciente población de adultos con malformaciones cardiacas congénitas han dado lugar a la publicación de Guía de Práctica Clínica de la Sociedad Europea de Cardiología sobre el Manejo de CCA.
El conocimiento de este tipo de guías por parte de Enfermería es necesario como parte del equipo multidisciplinar que trata a estos pacientes. La gran variedad de cardiopatías congénitas y complicaciones especificas relacionas requiere una revisión continua como profesionales de la salud y como parte integrante de los laboratorios de hemodinámica y así ser parte de la toma de decisiones adecuadas a las circunstancias individuales de cada paciente.
Es de suponer que la incidencia de cardiopatías congénitas en el adulto sea un dato que cambie constantemente. El aumento de la supervivencia de estos pacientes ha hecho que la patología sea más compleja y cuya atención debe ser más especializada. Se necesitan programas especiales de formación y organización de la atención sanitaria para todos los implicados en el cuidado de CCA para poder cubrir las necesidades de esta población especial.
Nuria Velasco
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